martes, 26 de agosto de 2008

Cotton

En el seno de una familia un perro de lo mas común y una French (Bichon Frisé), nació un gran amor en la época de primavera, era un amor imposible pero nada podría detener el instinto que embargaba sus emociones; de ese gran amor, vinieron sus frutos, a pesar de que las familias eran diferentes nada se podría hacer con lo ocurrido, en una noche obscura llegó el pequeño Cotton, se le puso ese nombre ya que parecía una gran bola de algodón; Al igual que a sus hermanitos tenían la apariencia de su madre, pero, su pelo era muy diferente a la de ella, lo tenia liso y con manchas café; se reflejaba por su apariencia que su padre tuvo mas que ver en él, dejaron que su madre los criara porque, aún son pequeños para enfrentarse al mundo real, al cabo de dos meses el pequeño Cotton tuvo que ser retirado de su madre para tener un amo; el cual deseaba tener un amigo con quien platicar y jugar, se llamaba Billy.

Billy era un niño de escasos 5 años que le gustaban los cachorros, pero, al igual que el pequeño Cotton carecía de edad como para hacerse responsable de él; al principio la madre de Billy se hizo cargo, conforme iba creciendo el pequeño Cotton, como era de esperarse no sabia que la sala era un lugar de descanso y no para dejar regalos por doquier, y la mamá de Billy no le gustaba que le ensuciaran su hermosa alfombra que le regalaron el día de su boda, se molestaba tanto, que le pegaba y lo sacaba al patio para que aprendiera la lección, Cotton aprendió con tal de no ser lastimado y sacado al frío por una necesidad.

Al crecer, a Cotton, le molestaban mucho sus dientes, no podía saciar con las croquetas la comezón tan enorme, necesitaba algo que morder para poder rascarse; encontró los zapatos de charol del pequeño Billy; los que llevaba a la escuela, y sin pensarlo mas, los mordió y mordió al fin pudo saciar su comezón; pero a la mamá de Billy no le gusto lo que hizo con los zapatos, así que le volvió a pegar y a sacar, pero, esta vez no fue al patio sino a la calle; se vio solo en medio de tanto espacio, ya no seria una molestia para la mamá de Billy, pero se sentía solo y tenia hambre, así que recorrió camino para ver si encontraba algo de comer; vio a otros perros que hurgaban en la basura comiendo todo lo delicioso que tiraba la gente, quiso el también imitarlos pero el resto de los perros no lo dejaron, era desconocido para ellos y peleaban sus alimentos, pero el no sabía nada de eso, trato de nuevo, y los demás perros se le echaron encima, lo mordieron y no lo dejaron comer; lastimado regreso a casa de Billy, su instinto lo guió a la puerta de la casa, se quedo afuera esperando que lo dejaran entrar; aprendió la lección.

Al día siguiente al verlo la mama de Billy; Se conmovió tanto que lo dejó entrar, lo alimento, pero la madre de Billy ya no quiso atenderlo, pues con sus obligaciones de madre, esposa y ama de casa ya no podía hacerse cargo del Cotton, le comentó a Billy que él lo hiciera, ya que era su perro y, además, Cotton ya no era un cachorro ya tenia un año de edad y creció de muy buen tamaño.
Paso el tiempo y Billy ya contaba con los casi 7 años, los cumpliría al día siguiente, estaba Billy tan emocionado que olvidó por completo que tenia que atender a su perro, y que al igual que Billy, el Cotton cumpliría dos años, ya seria un adulto y no olvidó que afuera había otra forma de vivir.
En la mañana Billy cumplió años, a lo lejos estaba Cotton se le hizo fácil, escurrirse por entre la gente y su amo, para llegar directo al pastel, jamás había tenido la oportunidad de ver tanta comida y saber que clase de deliciosos alimentos era pues, solo conocía las croquetas, pero olía tan delicioso, que su ansiedad de hambre había vencido, y hundió su hocico una y otra y otra vez a ese extraordinario sabor; no pudo evitar que la mamá de Billy lo descubriera, al darse cuenta de que fue sorprendido, Cotton salió lo mas pronto de ahí corrió lo mas que pudo para no ser golpeado, y cual fue su sorpresa que encontró la puerta abierta y sin pensarlo mas salió de la casa.

El sentimiento de ser libre y haber probado tan delicioso pastel, animó más al Cotton y esta vez no regresaría; A la falta de cariño del cual Cotton careció, lo impulsaron más y no volver la vista atrás, pero, al acordarse de su amo Billy, lo entristeció, ya que jamás lo volvería a ver, incluso cuando se montaba en él, creyendo que era un caballo, a pesar de ser de raza corriente, su gran tamaño lo había heredado de su padre; se detuvo, y esperó a la noche, para que la mamá de Billy se tranquilizara y pudiera regresar; Pero, cual fue su sorpresa que un hombre de blanco, con un gran palo, lo sujetó por el cuello, lo metió a una jaula y lo encerró llevándoselo a una camioneta, nunca había estado en una, ya que su amo jamás lo sacó a dar un paseo y mucho menos en el lujoso auto ultimo modelo del papá de Billy, no querían que se ensuciara con el pelo de Cotton.

Estaba asustado, no sabía que hacer, al detenerse la camioneta fue sacado a la fuerza y llevado con otro sujeto que portaba unos guantes resbalosos y fríos, lo examinó cuidadosamente, le reviso sus dientes, tocó su vientre, el cual Cotton se molestó, ya que le extrañaba que lo tocaran de esa manera y gruñó, el sujeto con una voz suave le dijo que se tranquilizara y le ofreció comida, le dio confianza, y la tomó, para agradecerle le lamió la mano, al ver el sujeto lo que hizo lo llevó a que revisaran, se determinó que si no lo reclamaban en 15 días lo pondrían a la venta, para que sea atendido por otro amo.
Cotton se confió tanto que creyó que su amo Billy lo extrañaría y obligaría a sus padres a que lo buscaran pero, no fue así, ya que no fue registrado, no sabían de su paradero, pasaron los días, Cotton se desesperaba al no ver a Billy entrar por la puerta, cada día que pasaba Cotton estaba más triste, al pasar los 15 días, Cotton se desesperó tanto que no quería a otro amo, el quería a Billy, al sacarlo a venta aprovecho un descuido del sujeto y escapó de sus captores, quería regresar a casa con Billy, aunque lo golpearan, lo sacaran a la calle y se olvidaran de alimentarlo, solo pensaba en Billy, llorando por su “perro-caballo”, mirando por la ventana, esperándolo.

No sabe Cotton cuanto tiempo corrió, solo su instinto lo guiaba, no se fijó que un gran rechinar de llantas se acercaba hacia él, no alcanzó a esquivarlo y lo golpeó; Rodó por el suelo, las llantas delanteras y traseras del auto pasarían sobre él, quedó a la orilla de la carretera, inmóvil, con sus ojos viendo al cielo, pensando en Billy, el solo quería volver al lado del que fuera su amo, pero no le importó al conductor haberlo atropellado y dejado desolado y moribundo, Cotton murió sin tener a su amo cerca de él, sin haber tenido una familia de verdad.

Cotton aún sigue estando a la orilla de la carretera esperando a su amo Billy, y lo lleve a casa.